Las Nuevas Siete Maravillas.
Primera: la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Es una maravilla. A pesar de su patético sindicato, y de las décadas que lleva “en liquidación”, funciona. Y no importan las amenazas de huelga y las demandas de sus agremiados, ella sobrevive y sobrevivirá por los siglos de los siglos.
Segunda: el presidente legítimo. Ningún país tiene dos presidentes. México lo logró, y como aquí es más importante competir que ganar, dos candidatos obtuvieron el cargo. El presidente legítimo, ventiúnico en su tipo, pasará a la historia nacional como no lo lograron ni los gobiernos de la Reforma.
Tercera: los náufragos. Sí, ahí están. Salvador Ordóñez, Lucio Rendón y Jesús Vidaña hicieron lo que nadie: experimentar la aventura cuasi épica más vívida del México (y del Pacífico) moderno, para luego transitar al baúl del olvido, a pesar de la gigantesca cobertura mediática que lograron en 2006.
Cuarta: los veinte mil encuerados. Caracterizados erróneamente durante siglos como pudorosos, los mexicanos han creado la cuarta maravilla de la nación al desnudarse en el corazón del país y no sólo ello, sino hasta por haberse dejado fotografiar contra los pronósticos. Ni Amsterdam ha mostrado tanta libertad jocosa.
Quinta: Germán Larrea. ¿Alguien había visto que el director general de una empresa saliera incólume de un accidente en el que mueren 65 de sus mineros? Larrea no tuvo que rendir cuentas ante nadie, pedir ninguna disculpa, ni mostrar signo alguno de dolor. ¡Esos son empresarios! Fuertes, firmes, inquebrantables.
Sexta: el chino. Un día amanecimos, y el chino había declarado. Disparates, por supuesto, pero sus declaraciones sirvieron para que prensa y perredismo se dieran vuelo dilucidando si era coherente que tanto dinero realmente era para el PAN. El chino hizo lo que Felipe Calderón no ha logrado con los analistas y los medios: sacarlos del aburrimiento, al menos por un ratito.
Séptima: Las playas del DF. Fueron la genialidad primaveral. Nunca un gobierno capitalino había robado tanta cámara a la Semana Santa. Colocadas estratégicamente en puntos neurálgicos, ni el Cerro de la Estrella ni el Monte Calvario conservarán la fama antes lograda. Lo de hoy son las playas citadinas.
Bastante elocuente el columnista Carlos Fuentes de Milenio y aca por Tamaulipas, cuales serian para nosotros las Siete Maravillas ?